miércoles, 30 de diciembre de 2015

UN NIÑO HERIDO

Cuando los sueños se convierten en tu mayor aliado y además te haces consciente de ello, algo grande se ha produce en ti. Hace un tiempo vino a mi consulta una persona que había tenido un sueño cuyas escenas eran dignas de una película de terror y ciencia ficción a la vez. No me entretendré esta vez en relataros el sueño, ya que alguien podría pensar que a esa persona se le ha ido la olla. Y nada más lejos. En estos sueños suele haber una carga muy fuerte de sabiduría y es que a veces saber mucho da miedo. Tras analizar el sueño con grandes dificultades observamos que toda la rabia acumulada en la persona proviene de algo tan "insignificante" como lo de oír tantas y tantas veces la orden de -niño, cállate-, o -no digas eso-, o -los niños no se meten en las conversaciones de los mayores-. Y tantas consignas relacionadas con el infranqueable muro que divide el reino de "Adultonia" con la república de "Infantilandia". Ambos mundos son reales pero con realidades muy diferentes y en ocasiones opuestas. Cada uno tiene unas consignas muy claras, una cultura muy bien definida incluso unas leyes que cada individuo conoce inconscientemente, pero cuando ambos mundos se cruzan en una intersección se pueden producir conflictos imprevisibles.

El lenguaje de los niños es diferente que el de los adultos. No he dicho nada que no sepa nadie. Sin embargo, lo que el adulto a veces no consigue completar es su compatibilidad con los niños. Me encuentro casos de padres que tratan a sus hijos como incapaces, como molestias o como ingenuos pero también como todo lo contrario, como adultos. Sí, habéis oído bien, padres que tratan a sus hijos como adultos. Y nos vamos de un extremo a otro. Un niño puede acumular y contener una rabia y una agresividad escondida durante toda su vida y eso tiene unas consecuencias futuras.

El atardecer de la vida es el momento idóneo para empezar a hacer la limpieza en el baúl que guardamos en aquella zona sombreada de nuestra mente. Algo sucede en la persona que, el recogimiento provoca que todos los fantasmas, monstruos y bestias del inconsciente se liberen y se sanen. Entonces, como decía el Dr. Wayne Dyer, "lo que en la mañana era verdad en la tarde ya no lo es". El niño que siempre has sido te ha acompañado toda la vida y seguirá ahí, dolido hasta que le prestes atención.


Los niños son el espejo de los padres,
con sus frustraciones y su luz,
con sus capacidades e incapacidades.
Todo.

IGC




Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281
e-mail: ildegarciachica@gmail.com
web: http://www.ildegaryang.wix.co,/psico-transpersonal
Blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es

lunes, 21 de diciembre de 2015

JUSTICIA O INJUSTICIA

A veces la vida es incomprensible. Hay muchos episodios que hace que la vida sea muy difícil de comprender y de aceptar, sobre todo lo que va contra natura: no se comprende la muerte de un niño pero sí la de un anciano. Lo segundo es ley de vida mientras que lo primero va contra natura. Sin embargo la vida nos pone en escenarios muy diversos y contradictorios y la consecuencia es echarle la culpa a Dios o a la vida misma. Todo parece volverse en nuestra contra y se adivina una conspiración del Universo o un mal de ojo. Respuestas pueden haber muchas, pero a pesar de que es muy difícil aceptar cosas muy graves, como el fallecimiento de una persona joven, la única salida a la espiral de negatividad es la aceptación de las situaciones. Pero para que haya una aceptación tiene que haber una comprensión y si me niego a comprender por qué ha sucedido tal hecho, que considero traumático, difícilmente lo podré aceptar. Los riesgos que conlleva la NO aceptación son muchos, pero el más grave es que la persona entra en una espiral profunda de introspección depresiva de la que luego resulta difícil salir.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez? Si Dios es tan bueno, bondadoso y todopoderoso ¿Por qué permite que haya guerras, hambre y sufrimiento en el mundo? A veces no estaría mal que Dios diera un "Golpe de Estado" en la Tierra y acabara con el sistema de tiranía global pero mucho me temo que esto no funciona así. Hace unos días pasé cerca de un colegio de Educación Infantil (los más pequeñitos) y un niño llevaba en sus manos una espada de plástico. El niño le dio un golpe en la cabeza a otro niño con la espada de juguete y, mientras el niño agresor se reía con esa inocencia picarona, el niño agredido se puso a llorar desconsoladamente. Una docente se acercó al niño agredido y se lo llevó para consolarlo, mientras que el niño agresor fue conducido con cariño y amabilidad por otro docente a otro lugar del patio. El niño agredido lloraba como si no hubiera un mañana. Su emocionalidad brotaba por todo su cuerpo. Lloraba como si su mundo se estuviera desmoronando. Y los docentes no pararon esa agresión, dejaron que la vida continuase no hubo castigo para el agresor ¿En qué cabeza cabe castigar a un niño de 4 años que le da un golpe a otro con una espada de plástico? A veces pienso que Dios es como la directora de una escuela de Infantil, que tiene a sus ángeles que son los docentes, para cuidar y consolar a la humanidad que son los niños de la escuela, pero no para evitar las agresiones.

A veces los problemas son tan grandes como los queramos ver. No voy a juzgar si el fallecimiento de un ser querido (sobre todo joven), si la separación y ruptura del amor de una pareja, si el despido de un trabajo cuando tienes 55 años o cosas así tienen un peso emocional alto o muy alto; pero cuando un niño llora tan desconsoladamente y decimos "son cosas de niños", estaría bien pensar que sus sentimientos están al mismo nivel de dolor emocional que cuando un adulto pasa por un hecho traumático.



Si crees que tus problemas son grandes
Sube a lo alto de aquella montaña
Y desde allí los verás de su verdadero tamaño

Dicho cheroki


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281
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miércoles, 16 de diciembre de 2015

LA BÚSQUEDA DE MI VERDAD

Un viejo cuento indio dice: había una vez un pastor que, tras unos asuntos en la ciudad, regresaba andando a casa cuando escuchó un gemido de tristeza. Se acercó y vio un cachorro de león llorando. Estaba solo y perdido. El pastor lo cogió y se lo llevó para la granja y lo dejó en los establos donde se alojaban los burros. Éstos, al ver al cachorro de león se extrañaron y lo miraron recelosos y con poca confianza. Día a día, el león observaba a sus nuevos compañeros con interés: cómo jugaban entre ellos, cómo comían la hierba, cómo rebuznaban y cómo tiraban de una noria de agua que sacaba el agua de un pozo. Poco a poco el león fue cogiendo confianza con los burros incluso éstos jugaban con él. El león era feliz con los burros, tanto que empezó a imitarlos y a hacer las cosas que ellos hacían. Así empezó a comer hierba del prado. Al principio le resultaba desagradable pero luego se la comía sin problemas. También empezó a emitir rebuznos, ya que le resultaba divertido ese sonido tan peculiar que los burros hacían. Los demás se divertían mucho viendo como el pequeño león comía hierba y rebuznaba. Era tan feliz con su nueva familia que incluso los acompañaba a los establos y luego se dormía sobre sus panzas. Un día se encontraban él y los burros en la orilla de un río bebiendo agua, cuando de repente se percataron de que algo se movía entre los matorrales. Saltaron dos grandes leones rugiendo ferozmente y los burros, en un acto reflejo, echaron a correr velozmente, pero el pequeño león se vio acorralado por las dos feroces bestias que enseñaban sus afilados colmillos. El pequeño león temblaba de miedo cuando uno de los leones le dijo: -¿Se puede saber por qué tienes miedo?- a lo que el pequeño león le respondió: -Porque me vais a matar-. Los dos leones se miraron extrañados y el otro le dijo: -¿Y por qué íbamos a hacer eso? Nosotros no matamos a los de nuestra especie, nos comemos a los demás-. El pequeño león, desconcertado, les preguntó: -No entiendo ¿de la misma especie? ¿Qué queréis decir?- Entonces uno de ellos le dijo: -Has estado tanto tiempo con los burros que ya ni te reconoces. Ven, mírate en el agua-. El pequeño león se asomó a la orilla junto al león grande y, al observar que eran iguales solo que más pequeño, se quedó muy confundido. -Quizás necesites averiguar quién eres en realidad- le dijo el otro león. Los leones grandes se marcharon y el pequeño león se quedó allí viendo su imagen reflejada en el agua del río, meditando.

Supongo que todos, en algún momento, nos hemos preguntado quiénes somos en realidad. Seguramente nos pasamos la vida haciendo cosas que no nos corresponden, cosas que no nos gustan, cosas que no elegiríamos nunca y al final nos convertimos en algo nuevo, en algo que no se corresponde a la Naturaleza de nuestra alma. Entonces enfermamos y empezaremos a preguntarnos ¿por qué estoy enfermo? Y al no recibir respuesta nos frustramos y entramos en un estado de crisis. Aunque a veces lo llamemos crisis de los cuarenta.


El único propósito de toda persona es
conquistarse a sí misma

IGC


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
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EL MAR EN SUEÑOS

El mar siempre ha sido una gran inspiración para poetas, pintores y otros artistas. Pero el mar guarda muchos secretos y no me refiero a las profundidades marinas. El mar simboliza todo el mundo emocional de la persona, de hecho todo lo inconsciente, lo que no se ve, lo desconocido. Tan desconocido es el mar como el inconsciente. En la antigüedad las mitologías designaban a un dios del mar que tenía connotaciones emocionales muy fuertes, tanto para lo bueno como para lo malo. En Grecia, Poseidón tenía un carácter temperamental, pasional y casi siempre poco razonable. Su enfado era motivo de temibles tormentas marítimas con grandes olas que llegaban a hundir los barcos, que en ese momento navegaban por sus aguas. Cuando Poseidón se encontraba de buen humor y positivo era motivo de una gran creatividad y receptividad increíble.

En los sueños, los mares y océanos representa siempre nuestro mundo inconsciente, ese gran desconocido. Vernos solos en aquella "nada" inmensa de agua nos puede llevar a experimentar la gran soledad que sentimos en un momento de nuestra vida, aunque estemos rodeados de gente. La gran tormenta con enormes olas representa una agitación descomunal en nuestro interior: puede que estemos pasando por una época de tormento personal, a veces sentimental, a veces familiar y otras debido a graves problemas laborales. Las graciosas olas de la playa representan las oportunidades. Nuestro inconsciente nos guía hacia las muy deseadas oportunidades que siempre añoramos, pero casi nunca vemos a pesar de tenerlas delante. Una ola y otra y otra, son tantas oportunidades que aparecen y desaparecen.

Tanto el mar como el inconsciente son aspectos tan grandiosos, que la pequeñez que experimentamos haría que el ego se bajara de la poltrona, porque para el ego el mar solo es agua y nada más pero para el corazón el mar es TODO.


Las oportunidades que dejamos escapar
las aprovecha otro,
nada se pierde en la vida.

IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

lunes, 14 de diciembre de 2015

CAMBIAR ES MEJORAR

Cambiar no es fácil, dicen muchos. A mis años ya no voy a cambiar, dicen otros. A mi no me vas a cambiar, añaden otros. Cambiar es muy necesario ya que el cambio es la única verdad en el Universo y, por supuesto, en la naturaleza ya que todo cambia constantemente. Nos cuesta cambiar porque nos aferramos con insistencia a nuestras estructuras mentales sin saber en el fondo por qué. Cuando el ego se apodera de nuestro ser los cambios pueden esperar sentados, ya que el ego no te va a permitir que lo derroques de su poltrona. Pero cuando nos hacemos conscientes de que el cambio nos lleva a una sanación y a una nueva posición más abierta y más amorosa se produce una transformación muy importante en el camino de tu vida: se abren las oportunidades, se nos acercan más las buenas personas, la alegría se plasma en nuestro rostro. Y a eso lo llamamos magia. La magia del cambio. El que haya visto la película "El Cambio" de Wayne Dyer sabrá por qué. Pero reconozco, por experiencia, que cambiar no es fácil. A veces nos creemos que estamos cambiando y no es así, o a veces no nos damos cuenta y estamos cambiando. Pero ¿cómo se hace eso de cambiar? No es necesario un ritual de luna llena, de solsticio o de equinoccio, tampoco hay que tomar ninguna pócima magistral hecha con la sabiduría de un druida. Las personas tenemos dos herramientas muy importante para eso: en primer término LA CONCIENCIA para darnos cuenta de lo que sucede en nuestra vida, y después LA VOLUNTAD para llevarlo a cabo. Cuando voluntad y conciencia trabajan juntas, algo mágico sucede en tu vida y es entonces cuando apreciamos los grandes tesoros de que disponemos y que nadie jamás nos podrá quitar.


La mejor medicina del mundo
está dentro de ti, en tu mente

Dalai Lama



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

domingo, 6 de diciembre de 2015

EL PODER DE LA VERDAD

Hace mucho tiempo, en la antigüedad, vivía un príncipe que, a pesar de su juventud, fue proclamado rey tras la muerte de su padre. La corte protocolaria le obligaba a casarse para poder reinar, pero él pidió elegir a su manera a la joven que se convertiría en su Reina. A petición del nuevo Rey, fueron convocadas todas las doncellas que quisieran optar a casarse. Allí se dieron cita marquesas, duquesas, hijas de políticos, doncellas de familias adineradas, alguna que otra princesa y también se permitió que alguna plebeya incluso aldeana pudiera ser candidata. El día de la convocatoria, el salón principal del castillo se llenó de chicas jóvenes con la esperanza de ser ellas las elegidas. Al llegar el rey al salón se hizo un gran silencio y éste les habló: -Como ya sabéis tengo que casarme para poder reinar, sois muchas pero solo una podrá reinar a mi lado. Mis ayudantes os entregarán una pequeña cajita cerrada. En ella se encuentra una semilla. Ahora os marcharéis a vuestras casas y tenéis un mes para plantarla y cuidarla. Quién consiga la planta más hermosa, esa será mi Reina-.
Todas las jóvenes marcharon con la idea de cuidar su planta. Pasado el plazo el Rey volvió a convocar a todas las doncellas. Cada una apareció con una planta a cual más hermosa: flores rojas, amarillas, hojas brillantes, plantas preciosas y muchas de una majestuosidad increíble. Cuando estaban a punto de cerrar las puertas del salón para que el Rey empezara a valorar el resultado de las plantas, llegó in-extremis una aldeana con las manos vacías. El Rey la observó y ordenó que pasara la primera para hablar con ella. La campesina muerta de miedo por el ridículo avanzó lentamente acompañada de un soldado de la corte. Al llegar a la tribuna el Rey le preguntó: -¿Dónde está tu planta?-
-No tengo planta -respondió tímidamente.
-¿Qué hiciste con la semilla que te entregué?
-La planté y la regué. Al ver que no salía el brote la cambié de tierra. La aboné y no salía el brote. La puse al sol y al aire pero tampoco. Ha sido inútil. No he sido capaz de hacer crecer una simple planta. No tengo planta.
El Rey se dirigió a toda la corte y dijo con una gran sonrisa: -¡Ya tengo una Reina!
La gente se extrañó, se miraban, cuchicheaban y luego el Rey prosiguió: -Las semillas que os di eran estériles así que no podían dar flores de ningún tipo ni nada. Ella ha sido la única persona capaz de ser sincera.

Aunque veamos a mucha gente llegar a puestos altos a base de mentiras, traiciones y triquiñuelas, nada nos llevará más alto que la sinceridad.



Las mentiras tienen las patas muy cortas

Dicho popular



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

viernes, 4 de diciembre de 2015

LA VALOR DE SER TÚ

Erase una vez un hombre joven que gozaba de una buena salud y una alegría que lo definía como persona. Le encantaba el deporte, cada día salía a correr y se estaba preparando para las pruebas que hace el equipo olímpico nacional. El deporte era su vida. Lo amaba más que a nada en el mundo. Un día cogió su moto para dirigirse a un entrenamiento y en una rotonda se le cruzó un vehículo que no respetó el "ceda el paso" y se lo llevó por delante. A pesar del golpe este hombre sobrevivió pero quedó en una silla de ruedas para siempre. Entró en un estado de depresión profunda y la vida empezó a carecer de sentido. La tristeza se apoderó de su alma incluso le cambió la cara. No era el mismo. Un día soleado se encontraba en la terraza de una cafetería cuando coincidió con un conocido, al que hacía tiempo que no veía. Se saludaron y ambos empezaron a hablar de sus cosas:
-Supe de tu accidente. Lo siento mucho.
-No sé qué hacer con mi vida. Todo me parece un completo sinsentido.
-¿No hay nada que hacer?
-No. He ido ya a muchos médicos y todos coinciden en lo mismo. No puedo correr, mi sueño en el equipo olímpico se ha desvanecido, esta era mi vida y ahora ya no me queda nada, es tan injusto, la vida es injusta.
Después de un rato de largos lamentos con alguna lágrima derramada por la emoción, al amigo de repente le cambió la cara. Lo miró y tomándolo del brazo le dijo: -No todo el mundo lo tiene todo, ni siquiera los ricos lo tienen todo. Siempre hay carencias del tipo que sea ¿Y si en lugar de quejarte y de añorar lo que no tienes, te centras y potencias lo que tienes? Busca en ti ya que seguro que, a pesar de estar en esa silla de ruedas, tienes algo que potenciar.
Se despidieron y aquella conversación acabó ahí. Un año después el azar quiso que se reencontraran en aquella misma cafetería. Se saludaron y el minusválido le dijo con alegría: -No sabes como ha cambiado mi vida.
-¿Qué ha sucedido?
-Después de nuestra conversación el año pasado recapacité y medité mucho. Seguí tu consejo, usé y potencié lo que tengo: mis brazos. Ahora llevo una buena trayectoria en natación, empecé a entrenar a niños parapléjicos y me han llamado del equipo paralímpico. Ahora mis lágrimas son de alegría.

Nos pasamos la vida quejándonos de las cosas que no tenemos: posibilidades, trabajo, dinero, cariño, propiedades y qué sé yo cuántas cosas más. Pero nos olvidamos de todo lo que tenemos, no le sacamos partido, lo acabamos arrinconando porque ya no nos parece útil y se acaba por deshacer.


No envidies lo que no eres ni lo que no tienes
Disfruta y potencia lo que sí tienes
Que es más de lo que te parece.

IGC


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 3 de diciembre de 2015

DESTINO vs CAMINO

"Caminante son tus huellas el camino y nada más". Así empieza uno de los poemas más famosos de Antonio Machado, pero ¿qué quería decirnos el poeta? Es evidente ¿no? que el destino es algo que nos vamos construyendo paso a paso, que no estamos condicionados a un futuro del que dependemos, que no somos esclavos de nuestra circunstancia y sin embargo creemos lo contrario ¡qué triste! A veces nos vemos arrojados al pozo del destino sin la esperanza de salir, pero con la esperanza de que en ese pozo encontremos todo lo que nos satisface. Seamos realistas, al fin y al cabo es "un pozo". Cuando tenemos dos opciones en la vida algo nos lleva a escoger una y desechar la otra y entonces nuestra mente racional valora esa elección según lo que valga, según lo que me proporcione o según lo que más me convenga.

Muchas veces la opción que más nos conviene la podemos llegar a ver como la más diabólica, por lo tanto desecharla y llegar a un punto muy crítico. Este fue el caso de una persona que vino a mi consulta hace unos años, porque un miembro de su familia la maltrataba psicológicamente, la humillaba, la vejaba y la chantajeaba. Su vida era un infierno personal pero nunca movió un dedo porque era su responsabilidad. Por desgracia, y tras años de no saber nada de ella, supe por terceros que tuvo que ser ingresada en varias ocasiones en pabellones psiquiátricos por intentos de suicidio. 

Cuando alguien me pregunta: -tengo dos opciones ¿cuál escojo?-, yo siempre respondo lo mismo: -Haz el ejercicio, con los ojos cerrados, de visualizarte en ambas situaciones y escucha a tu corazón, él sabe lo qué es lo mejor para ti. Pero elige algo, nunca te quedes sin elección. Cuando elijo algo, si acierto me da satisfacción y si fallo me da experiencia; pero lo que no elijo me provoca siempre frustración.

Tenemos la misión de aprender a distinguir entre destino y camino. La diferencia es que en el destino soy ajeno a la responsabilidad que ello conlleva, mientras que en el camino soy yo quien decide cada paso que doy, hacia donde y con qué intensidad. O dicho de otra manera: el que vive en el destino es un "hijo de Dios", mientras que el que vive en el camino es un "adulto de Dios".


Hasta que el inconsciente no se haga consciente
El subconsciente seguirá dirigiendo tu vida
Y tú lo llamarás destino

Carl Gustav Jung (foto)


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

miércoles, 2 de diciembre de 2015

COMPLEJO DE CULPA

Hace unos días estaba yo en mi sofá viendo una serie de TV de la que me considero un buen seguidor. En esta serie, que se desarrolla en un instituto, se ve como un alumno increpa, ofende y se burla de un profesor por su obesidad. El profesor está preocupado porque sabe que el chico, a pesar de ser de muy buena pasta, algo le atormenta en su interior y la burla por la obesidad del profesor no es más que el espejo de una frustración del chico. Hay que decir que el chico es homosexual y no se atreve a salir del armario, cosa que parece (en la serie) provocarle ciertas conductas inadecuadas. Esta conducta es antinatural ya que muchas veces volcamos nuestras frustraciones sobre las debilidades de las otras personas, cosa que no solo es injusto sino que podría dar origen a una homofobia. Al final del capítulo el padre del chico, que también es profesor en el instituto, recibe una llamada de teléfono de que el profesor obeso ha muerto por un infarto repentino. El chico, al saber la noticia, se queda vacío y perplejo. A partir de aquí puede suceder cualquier cosa, aunque la más común es el complejo de culpa en su mayor esplendorosidad ya que ahora, sí, ahora, este chico ya no tendrá nunca más la oportunidad de decirle al profesor obeso "lo siento, se me fue la olla, no volverá a ocurrir". Ahora, la mochila se llena con una carga innecesaria y evitable, pero ya es tarde. A este chico le toca cargar con ella toda su vida con reacciones somáticas de cualquier tipo y posiblemente, a la edad de 40 años tendrá la necesidad de empezar un proceso terapéutico.

La culpa es un compañero que aparece desde la incosciencia. Los actos la delatan, pero si no sabemos detectarla a tiempo, ésta podría marcar a cuchillo trazas en nuestra alma, que ni las lágrimas podrían llegar a cicatrizar. La vida es efímera. Todo se resuelve desde el respeto al prójimo en el momento presente. 


Ama hoy, respeta hoy, abraza hoy
Ya que posiblemente mañana
no tendrás esa oportunidad

IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 26 de noviembre de 2015

MUNDO INTERIOR

El mundo exterior es el reflejo de nuestro interior. Esto, que parece una verdad absoluta, tiene un sentido cuando nos adentramos en el mundo de la meditación y de los sueños. Cuando nuestro mundo interior se desmorona, nuestro mundo exterior pone en marcha un mecanismo para maquillar la realidad. Es lo que se conoce como "engañarse a uno mismo". Este mecanismo consigue dibujar una visión de lo que me rodea con más vida, con más color, con esperanza incluso con un cierto valor; luego, por la noche nos vamos a dormir y en los sueños aparecen escenas deprimentes, oscuras, animales que dan miedo, edificios derruidos, nubes muy densas y todo un sinfín de simbología que nos muestran la verdadera cara del estado de nuestro ser. Reconocer que mi vida es un desastre puede representar un verdadero reto, ya que a nadie le gusta mostrar sus miserias personales. Pero vamos a darle la vuelta a toda esta película que se titula "Mis Miserias". En esos mismos sueños en los que aparecen esas escenas deprimentes, oscuras, animales que dan miedo, edificios derruidos, etc. siempre hay algún ingrediente que te da una clave importante. Esa clave es la que tenemos que explotar para darle la vuelta a todo. En un sueño que tuvo una persona que conozco me decía, que en su sueño aparecía una anaconda con una cabeza enorme, animal al que teme por sus cualidades salvajes. Trabajando con la simbología de esa anaconda conseguimos que viera la solución a sus "miserables problemas" de la vida. Todo un reto que además le sirvió para conocerse aún mejor.


 La solución es como mi nariz,
se encuentra tan cerca de mi
que apenas la vemos con los ojos.

IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

lunes, 23 de noviembre de 2015

NUNCA EMPEZAMOS DE CERO

Muchas veces oímos la frase "voy a empezar de cero", y realmente estamos tan hartos de todo lo que nos sucede y de sufrir las consecuencias de unas circunstancias tan negativas, que llega un momento en que tenemos la sensación de querer tirarlo todo por la borda y, en efecto, empezar de cero. Menos mal que solo es una sensación. Una circunstancia así, lo único que hace es hacerme reaccionar para coger las riendas de mi vida, que hasta ahora parecía que las llevaba un descerebrado sin identidad que hacía que mi vida fuese un infierno. Lo primero que tengo que hacer es analizar mi desastrosa situación y preguntarme cómo he llegado yo hasta aquí. A veces la vida nos lleva por un camino extraño y cuando nos queremos dar cuenta nos vemos inmersos en una situación llena de problemas de todo tipo. Una persona me dijo una vez: -si pudiera dar marcha atrás en el tiempo volvería al punto en que tomé aquella decisión, que solo me ha traído problemas, la cambiaría y seguiría por otro camino-. En aquel momento le dije: -Si pudieras volver atrás en el tiempo y cambiar aquella decisión ¿estás seguro que otro camino te habría llevado a la felicidad?

Muchos gurús nos dicen que las experiencias negativas son oportunidades para aprender, crecer y mejorar como persona, aunque el precio sea caro. Aunque queramos empezar de cero no se puede, solo empezamos de cero el día en que nacemos (y para la cultura de la reencarnación tampoco, todo es la consecuencia de una vida anterior). Pero tenemos que poner el límite en algún sitio. Mi circunstancia actual se sostiene en la situación anterior y ésta en la anterior y así sucesivamente, por lo que mi circunstancia actual da paso a mi situación futura inmediata y así sucesivamente para los tiempos venideros.
A veces deseo enfocarme en el futuro como algo o alguien diferente a lo que fui en el pasado, pero eso no puede ser ya que siempre soy el mismo. Sólo si cambio realmente actitudes del pasado, que me han llevado a situaciones complicadas, por otras actitudes más constructivas, solo así podré verme como realmente lo deseo. Así que saca de ti frases como "yo ya no voy a cambiar", "esto no es para gente como yo" o "yo no puedo hacer esto" y entiérralas o quémalas porque mientras estemos vivos podemos cambiar todo lo que creamos que debe ser cambiado.



Si tu forma de vida te ha llevado a un desastre
Cambia de vida y de pensamientos si deseas el éxito

IGC


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 19 de noviembre de 2015

OBSESIONES

La obsesión, según la definición que nos da el diccionario de la R.A.E., es una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia, asalta la mente.

Independientemente de su significado, las obsesiones no dejan de ser una conducta instintiva en la que una idea se acomoda en el sujeto haciéndose permanente y éste no tiene la capacidad para frenar dicha permanencia (de la idea) hasta que la concluye. Cuando la persona concluye la idea pueden pasar dos cosas: que se produzca una satisfacción pero solo hasta que se vuelve a instalar la siguiente idea, momento en que vuelve a empezar el proceso; o simplemente que no le suponga ninguna satisfacción a la persona.

Cuando hablamos de obsesiones nuestro pensamiento nos lleva a aquellos asesinos de las películas que no paran hasta matar a su presa; o también de enfermos mentales enamorados de una cantante o actriz a la que asedian y, que la policía descubre en su apartamento, que éste tenía mil fotos de la chica en sus paredes. La obsesión, como ya he comentado, es una conducta más o menos enfermiza, dependiendo del caso, que nos afecta a todos en mayor o menor grado, pero eso no implica que alguien tenga que llegar a acciones delictivas.

Las personas nos podemos obsesionar con muchas cosas: por el amor a otra persona, por la limpieza, por el orden, por el trabajo, por una antigua pareja, por temas de actualidad, por el sexo, por el dinero, por los bichos, por la comida, por los números y por un sinfín de cosas que muchas de ellas nos parecerían increíbles. Trabajé hace tiempo con una persona que estaba obsesionada con la limpieza. Esta persona gastaba mucho dinero en diferentes productos, incluso tenía algunos que no sabía como usarlos. Tenía una despensa entera llena de productos de limpieza. Otro caso es el de una persona que conocí, que tres años después de su separación no dejaba de mencionar a su pareja constantemente, la tenía en su pensamiento y nunca perdió la esperanza de que algún día volviera. Miraba sus fotos, hablaba repetitivamente de anécdotas y de recuerdos del pasado, incluso tenía una foto suya en la pantalla de inicio de su móvil. Otras veces vemos casos de un padre que en el pasado abandonó a la familia y el hijo vivió toda su vida con la obsesiva esperanza de volver a verlo.

¿Qué es lo que hace que una persona se vuelva obsesiva? Los motivos pueden ser muchos. En numerosos casos nos encontramos que la obsesión es un patrón de conducta heredado; en otros casos vemos que cuando se produce un xoc emocional, sobre todo en los niños, no hay una reacción rápida por parte de los padres para llevarlo a un profesional y poder tratarlo a tiempo; también nos encontramos con que se producen estados de manifestaciones emocionales y sentimentales, que da como consecuencia una insatisfacción o frustración y son emociones de las que no estamos dispuestos a renunciar. En las obsesiones se observa que la mente de la persona produce una idea u objetivo que entra en bucle. Este bucle es lo que hace que la conducta obsesiva sea tenaz y enfermiza ya que la persona no encuentra salida o no puede romper dicho bucle.


Ser consecuente significa
perseguir aquello que considero que me merezco,
pero también renunciar a lo que, por su naturaleza,
no puedo o no debo alcanzar.

IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 12 de noviembre de 2015

PROYECCIONES

A veces, cuando tenemos que enfrentarnos a según que situaciones, nos vemos volcados a buscar la culpabilidad en el prójimo, a juzgarlo, a ofenderle incluso a denigrarlo. Es un mecanismo de defensa que nos sale automáticamente y sin pensar. Podemos pasarnos la vida hablando mal de los demás sin saber en el fondo por qué lo hacemos. Lo que no sabemos es que, sin darnos cuenta, estamos proyectando sobre los demás aquello que menos acepto de mi. La falta de madurez emocional hace que no seamos capaces de reconocer esas cualidades en nosotros mismos. La responsabilidad que conlleva el aceptar que YO soy realmente todo eso tan feo y malo que sale por mi boca dirigido hacia el otro, es muy grande para contigo mismo. Lao Tse dice en su obra Tao Te King que "conocer a los demás es sabiduría, pero que conocerse a si mismo es iluminación". Con esta frase, Lao Tse nos enseña la verdadera importancia que tiene el autoconocimiento y el trabajo de la madurez interior para lograrlo. No es fácil.

Una vez, con un paciente en consulta, se quejaba de lo irresponsable que eran algunos de sus trabajadores. Realmente no era para tanto pero los mal juzgaba, incluso como personas y no quería entender las cosas que ellos hacían en sus vidas privadas (no daré más detalles). Recuerdo que por aquel entonces yo tenía unas gafas sin cristales para tirar y, aprovechando la coyuntura, les puse un papel de celofán de color rojo. Cuando aquel paciente volvió a la siguiente sesión le pedí que se pusiera esas gafas y que me mirara. Le pregunté que cómo me veía y me dijo que de color rojo. Luego le puse a las gafas celofán de color verde y le pregunté lo mismo. Me respondió que me veía de color verde. Entonces le dije que si usaba gafas de colores todo lo vería impregnado con el color de esas gafas y se perdería la verdadera percepción de las cosas. Todas esas críticas y juicios representaban el color de sus gafas simbólicas. Cuando este hombre entendió que todas esas críticas no eran más que sus frustraciones del pasado hasta hoy, solo entonces pudo comprender por qué hacía lo que hacía y pudo corregirlo.

Un dicho oriental dice que <<Cuando me señales con el dedo acusador (el índice) mira bien con cuantos dedos te estás señalando a tí (con 3: meñique, anular y corazón), solo así sabrás a quién estás acusando realmente>>.







Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281



miércoles, 11 de noviembre de 2015

LAS EJECUCIONES EN LOS SUEÑOS

Muchas veces los sueños son caprichosos y se nos presentan en unas formas muy extrañas. Hace unos días, una paciente me contaba el siguiente sueño:

Estoy haciendo cola. La cola va desde la calle y entra en una nave industrial. Sé y soy consciente de que me van a ahorcar allí. Aunque hay mucha gente delante de mi la cola va rápida. Llego a la horca y ya es mi turno. En ese momento me aparece el miedo y la angustia. Quiero morirme pero si la ejecución no se hace limpia y rápida puedo sufrir mucho. Tengo miedo a sufrir ese dolor. Antes de que me coloquen la cuerda en el cuello termina el sueño.

Cuando uno está a punto de sufrir una ejecución en sueños nos deberíamos de preguntar ¿qué es lo que más nos angustia en nuestra vida? o incluso ¿Qué es lo que más me mata? Hay que decir que cuando alguien pasa por una mala etapa, del tipo que sea, muchas veces no reconocemos conscientemente el malestar y nos pasa desapercibido. Por otra parte tiene mucho sentido que en este caso la ejecución sea un ahorcamiento y no un fusilamiento u otra forma. Entonces debería preguntarme ¿Qué es lo que más me ahoga en mi vida? En la horca aparece el elemento del cuello como parte anatómica de dolor y, cómo algunos ya sabréis, el cuello representa varias cosas pero en este caso, el centro de la comunicación y también es la articulación que me permite girar la cabeza para mirar en varias direcciones, es decir la capacidad para poder poner la intención desde varias perspectivas.

En este caso, el sueño de esta persona nos está diciendo que hay algo en su vida que la está ahogando, que le provoca sufrimiento, que no ve una salida a su problemática y no sabe como afrontarlo. Pero ¿qué es? Esto nos lo dice en entorno donde se encuentra la horca: en una nave industrial. La nave industrial representa un ámbito laboral; además está vacía, solo la horca, con lo que podemos concluir que, en este caso, la persona sufre una angustia y un ahogo debido a su situación laboral, no sabe como enfocarlo y hacia donde dirigir su solución. Hay muchas más cosas que nos dice el sueño pero esto ya me lo reservo para la paciente que tuvo este sueño.



Los sueños son el reflejo de la vida
Pero la vida también es el reflejo de los sueños
IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 29 de octubre de 2015

LA MEDICINA ESTÁ EN TU MENTE

Hace muchas décadas, cuando el Tíbet aún no había sido invadido por la China Maoísta, el Dalai Lama le dijo a Mao en una de sus visitas:
-Nosotros no necesitamos vuestra nueva medicina. Todo lo que necesitamos para sanar está en nuestra mente-. El Dalai Lama nos dice (no solo él, muchos también han postulado esta idea) que si obras en consecuencia según los designios de tu corazón, tu cuerpo y tu mente se mantienen sanos y fuertes, pero si tu mente gobierna tu vida desoyendo a tu corazón entonces aparece la enfermedad.

Hace tiempo conocí el caso de un paciente que se estaba enfrentando a una decisión importante en su vida y tenía que elegir entre si aceptaba elegir un nuevo trabajo de 1.900 euros al mes, haciendo una labor que no le gustaba mucho, en una oficina con luz artificial, con un jefe demasiado exigente y con fama de puñetitas y con un horario desajustado a su vida; o bien quedarse en su trabajo actual de 1.100 euros, haciendo algo que le gusta y le llena, relacionándose con personas agradables que ya conocía y con unos horarios compatibles con su vida personal. Le pedí que hiciera un ejercicio de visualizarse en el nuevo lugar de trabajo. Tras unos minutos de introspección el paciente empezó a sentirse mal, mareado, empezó a somatizar pinchazos en el estómago y sufrió emocionalmente un vacío importante. Al abrir los ojos me dijo: -si, ha sido horrible pero es que el sueldo me puede dar una mayor libertad y no tener que preocuparme cada fin de mes por los recibos ni por nada-. Cuando las personas me preguntan ¿qué debo hacer? yo les respondo que no lo sé, que como decía el Dalai Lama tenemos que escuchar a nuestro corazón. Finalmente el paciente eligió dejar su trabajo y coger el nuevo. En mi modesta opinión creo que le pudo más el poder del sueldo que el poder de su talento. El nuevo jefe, el puñetitas, lo puso tres meses a prueba y nada más empezar somatizó un costipado que en tres días se convirtió en infección, expectoraba mucho y tuvo fiebre, vómitos y unas migrañas que no había tenido nunca. El hecho de estar más de dos semanas de baja no fue un buen comienzo para esta persona. Al final, el jefe puñetitas, al ver su pobre predisposición por tantos días de baja decidió no esperar a los tres meses de prueba y se deshizo de él. El cuerpo habló. Pasó de tener un trabajo que potenciaba su talento aunque con un sueldo justito a intentar una nueva gesta por un sueldo holgado y quedarse finalmente sin el uno y sin el otro. Después de mucho luchar, consiguió que lo readmitieran en su antiguo trabajo.

A veces, las conversaciones entre la mente y el corazón son como debates televisivos en los que casi siempre gana la mente. La verdadera valentía es hacer caso tu corazón que es el que te llevará a recuperar tu salud, tus fuerzas, tus ganas de seguir adelante y sobre todo tu libertad.

¿Cuántas cosas has hecho a lo largo de tu vida sin escuchar a tu corazón?



A veces la mente racional nos conduce a un paraíso
en el que nos convertimos en esclavos de las circunstancias

(Un buen amigo)



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

martes, 27 de octubre de 2015

SOY EL CAMINO (2ª parte)

Como ya dije anteriormente "yo soy el camino" pero NO estoy en el camino, creo que esto quedó claro. Y ahora la pregunta que nos hacemos es "¿cómo hemos llegado al camino?". Lo que yo soy ahora siempre se sustenta en la situación anterior, y esta en la anterior, y así sucesivamente. Lo voy a poner con un ejemplo: mujer de 45 años, vive con su hijo de 15 años en un apartamento de 60 m2, divorciada y con un trabajo de 700 euros que consiguió gracias a un favor de amigas. Esta situación le provoca una serie de sentimientos como angustia, insatisfacción e incertidumbre; una serie de somatizaciones como depresiones, engordar, estreñimiento o hipertensión; una serie de pensamientos como "vaya mierda de vida", "no voy a salir de esta" o "todo está contra mi"; y una serie de conductas como alteraciones nerviosas, ira o rabia, antipatía, incluso desfachatez. Todo este cuadro hace que la vida de su hijo no sea precisamente un jardín de flores. Entonces observamos que esta mujer, cuando era adolescente y estudiaba en la secundaria era una persona alegre, vivaracha, simpática, comunicativa, participativa incluso altruista ¿Cómo ha pasado entonces una persona de una situación así a otra contraria? Volvamos al principio, situación actual, echemos un poco la vista atrás, 3 años antes. Esta mujer tenía un trabajo de 2000 euros pero su conducta ya era bastante negativa, en un ataque de rabia posiblemente provocada por una tensión muy fuerte explotó en una reunión con sus dos jefes y se vieron obligados a echarla por su conducta agresiva y destructiva además de su bajo rendimiento en el último año ¿Qué le provocaba era rabia y ese bajo rendimiento? una insatisfacción muy grande en su vida personal debido a un divorcio que la hundió emocionalmente ¿Que le provocó ese divorcio? que su marido se fuera con mujer 15 años más joven, guapa, alegre y activa y verse obligada a quedarse a vivir en el apartamento pequeño mientras su marido se quedó con el grande ¿Por qué su marido conoce a otra mujer? Porque su esposa nunca está en casa, trabaja muchas horas, no puede contar con ella, vuelve destrozada y los fines de semana no quiere ir a ningún sitio por un agotamiento extremo ¿Por qué trabaja tantas horas? Para pagar un buen colegio y una hipoteca muy elevada de un apartamento de alto standing en una zona muy buena de la ciudad ¿Por qué deciden vivir en una zona cara en lugar de en una zona media? Por que ven unas posibilidades económicas y sociales factibles de estar en una zona cara y llevar a su hijo a un colegio caro, al igual que algunos de sus amigos y conocidos ¿Cómo conoce a esos amigos y conocidos? Son amigos de juventud y todos se casaron en el mismo año. Parecen llevar vidas paralelas ¿Por qué se casan? Porque son felices, llevan unos años de relación, se aman, se desean, están contentos y desean formar una familia en un lugar bonito ¿Por qué salen juntos? Porque son del mismo grupo de amigos del instituto, se gustan, tontean, son felices, alegres, jóvenes, sin preocupaciones, divertidos y buenos estudiantes.

Esta mujer no puede decir nunca que está en un camino de insatisfacción sino que ella es el camino de la insatisfacción. Es decir que todo lo que hoy somos se sustenta en lo que sucedió ayer y lo que era ayer se sustenta en lo que fue anteriormente y así sucesivamente. Os invito a que reviséis los acontecimientos de vuestra vida, haciendo un viaje al pasado en cada etapa, para ir viendo dónde está el cruce de caminos que elegí y que me ha traído hasta mi situación actual.

Buen Dharma a todos


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

lunes, 26 de octubre de 2015

SOY EL CAMINO (1ª parte)


¿Cuántas veces hemos escuchado la frase "Estoy en el camino"? Esta frase la decimos en muchos contextos: en el terapéutico, cuando estamos intentando solucionar un tema de salud; en el laboral, cuando estamos preparándonos para lograr un trabajo; en el familiar, cuando estamos construyendo algo nuevo en nuestro entorno, como empezar una relación, tener un hijo o dar un paso importante; es decir, que usamos esta frase cuando estamos en una transición entre dos estados, sea del tipo que sea, o con un objetivo concreto. Pero ahora imaginemos que vamos caminando por un camino, como si estuviésemos practicando "trekking". El camino es más o menos cómodo y tiene curvas, cambios de dirección, hay piedras, hay flores, hierbas y árboles, llueve o hace sol, hace pendiente o cuesta, hay más personas o voy solo, etc. El camino representa tu vida; las curvas podrían representar tu diferentes perspectivas de vida; las piedras representan las dificultades que me voy encontrando; la pendiente o la cuesta representa la facilidad o dificultad en general de tu vida; las flores, los árboles y las plantas podrían representar esos aspectos que hacen más agradable tu vida; las personas representaría tus relaciones. Y tú estás en ese camino. Entonces te dices "estoy en el camino". Quizás esto es un error muy común, creer que estamos en un camino. ¿No creéis que deberíamos decir "YO SOY EL CAMINO"? Porque todo forma parte del camino incluso yo, al igual que las condiciones del camino, al igual que las piedras, al igual que las plantas, todo forma parte del camino al igual que yo. No puedo verme como un invitado que visita el camino si no, jamás me veré como parte el camino. Si yo fuese un invitado quizás podría decirme "estoy en el camino", porque soy un elemento externo que viene a visitar al camino. Pero no, no soy ningún invitado ya que el camino también lo hago yo. A veces me pregunto ¿por qué estoy aquí? o ¿cómo he llegado hasta aquí? La respuesta es fácil, porque "el camino" de mi vida pasa por aquí.

(Continuará)


Es mejor seguir un camino completo que dos incompletos.
(Proverbio oriental)




Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 22 de octubre de 2015

EL MIEDO TIENE NOMBRE

El miedo es un ente que tiene atemorizado a toda la sociedad. Pero ¿Qué hace que el miedo sea tan fuerte? los primeros síntomas del miedo suelen ser una incapacidad de discernir con toda confianza y una reacción física basada en la rigidez del cuerpo. Tanto la reacción mental como la física van en función del tipo de miedo y de la magnitud.

Recuerdo haber experimentado el miedo extremo en más de una ocasión y reconozco que es terrible. Hace muchos años siendo yo un adolescente fui al zoo con unos amigos de mi barrio. Recuerdo que cuando pasamos por delante de la jaula donde había una tremenda pantera negra le miré a los ojos y me quedé como hipnotizado. Esos fuertes barrotes de hierro salvaban el espacio de seguridad que había entre la pantera y yo. Ahí sabía que estaba a salvo mientras me decía a mí mismo que en un escenario natural, ese hecho acabaría con mi vida. Seguí embelesado mirándole a los ojos cuando la pantera abrió su enorme boca, me enseñó sus fauces y soltó un rugido tan grande que todo el lugar quedó ensordecido. Recuerdo todas las sensaciones: un escalofrío de dos mil voltios recorrió todo mi cuerpo, experimenté una sensación de muerte casi real, mi cuerpo quedó paralizado, mi mente quedó en blanco total y no os cuento cual fue la opinión de mi vejiga. Lo que más me llamó la atención en aquel momento fue que mi mente racional NO se dijo a sí misma, que la seguridad era absoluta y nada me podía pasar, mientras duró la reacción del miedo.

El miedo, como he dicho antes, es una reacción emocional que puede ser provocada por distintos motivos, pero en todos ellos aparece siempre el instinto de supervivencia. El motivo del miedo tiene una característica: que sea lo que sea que me provoque ese miedo, siempre es mucho más fuerte que yo, ya sea una fuerza real (elemento de poder) o ya sea una fuerza irreal (una creencia o criterio). Si voy caminando por un bosque, me encuentro con un oso adulto y el oso viene hacia mi con malas expectativas seguramente experimentaré el miedo porque el oso tiene dos superpoderes que yo no tengo: la superfuerza y una rapidez mayor, como la mayoría de animales salvajes. Luego está el miedo a una figura humana como a un padre o a una madre tiranos, o bien a la figura del jefe que acosa o que abusa de su poder. También está el miedo a una entidad de poder como a las medidas que puede tomar un banco o una suministradora de servicios, cuando no puedes pagar tus facturas, por una falta de trabajo. También nos encontramos con el miedo a entidades no físicas como son las creencias forjadas por las religiones como el temor a Dios o al demonio, creencias en los fantasmas u otras criaturas mitológicas.

En definitiva, el miedo es una emoción que tiene su origen en dos causas: una es principalmente en una educación basada en una conducta de miedo, que se transmite de padres a hijos y la otra en la aparición real del instinto de supervivencia. Cuando mis pacientes me preguntan -¿Cómo se supera el miedo?- yo les digo que hay miedos que se superan y otros que no: los miedos transmitidos tienen solución ya que esos miedos no son tuyos, pero el miedo debido a un instinto de supervivencia olvídate y disfruta de él o bien entrénate en un gimnasio hasta adquirir más fuerza que un oso y vencerlo.

Cuídate



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

lunes, 19 de octubre de 2015

EL PARADIGMA MENTAL

A veces me pregunto a qué se debe el cómo pensamos. Muchas cuestiones de ponen de manifiesto cuando observamos a la sociedad en diferentes etapas de la historia. Cuál era el paradigma mental en el Egipto de los faraones, o en el Imperio Romano, o en la Edad Media, o en la Revolución Industrial, incluso hoy día. Pero la pregunta es ¿Por qué no entendemos hoy día la mentalidad de las sociedades en el pasado? La vemos, las estudiamos y las analizamos pero no nos podemos meter en la mente de aquellas personas y acabamos diciendo frases como -los antiguos egipcios creían que la diosa Isis...-, y no hay nada más lejano que eso ya que los antiguos egipcios no creían que la diosa Isis era o hacía las cosas que dicen que hacía, sino que lo afirmaban rotundamente ya que eso era así y no era una simple creencia, ya que "creencia" se refiere a dar un cierto crédito o valor a algo no comprobable. 

Pero si ahora nos trasladamos al periodo que va desde la Edad Media hasta la época de las colonizaciones vemos que cada dos por tres habían apariciones de vírgenes a pastores, a campesinos o a frailes. Pero ¿por qué hoy día nadie experimenta apariciones divinas? El paradigma mental no es el mismo. Hoy día la creencia divina en Occidente es muy floja a pesar de que siguen existiendo las creencias, pero no tienen la fuerza mental y emocional que había entonces. Hoy, el mundo tiene otras perspectivas: la economía mundial, la política, los desengaños sociales y su lucha, la corrupción, la información veloz, la globalización, el libre comercio, Internet, el trabajo desde casa y un largo etc. que esto jamás habría sido concebido ni entendido por ninguna sociedad en el pasado.

Después tenemos un ejemplo de paradigma mental en las sociedades precolombinas como la cultura maya, azteca, tolteca, inca, norteamericana y todas las culturas del nuevo continente. Dioses serpientes que descienden y ascienden en los equinoccios, calendarios que duran más de dos mil  y después todo se acaba ahí, juegos en los que los vencedores mueren honrosos ya que consideran la muerte como algo extraordinariamente grande y superior, montañas con forma de la silueta de algún dios, animales con connotaciones divinas y un largo etcétera. No es de extrañar que cuando los colonos cristianos conocieron a estas sociedades no supieran reaccionar de otro modo que no sea exterminándolos o con un gesto de majestuosa gracia convirtiéndolos al cristianismo, es decir obligándolos a aceptar el paradigma mental que éstos traían consigo.

Hoy yo me podría preguntar ¿Y por qué los colonos no dejaron tranquilos a los nativos con sus ideas, sus costumbres y su paradigma mental? Pues porque los colonos tenían una fuerte convicción de poseer la verdad absoluta, que esos nativos estaban en un camino equivocado, que la gran suerte para los nativos era que los colonos por fin habían aparecido por sus tierras y por lo tanto había que poner remedio rápido y efectivo para solucionar el tema de una mentalidad falsa, errónea, primitiva incluso engañada. Sí, ya sé que sueña un poco frívolo decirlo de esta manera pero siempre ha sido así. El paradigma mental de una sociedad en un tiempo siempre es diferente al de otra sociedad y en otro tiempo, pero lo peor no son las diferencias de mentalidad sino que el ser humano casi nunca ha tenido la capacidad de saber gestionar los paradigmas mentales de las otras culturas contemporáneas y, ni mucho menos, las del pasado.

La diferencia de paradigmas mentales casi siempre se ha resuelto con abusos, torturas, muerte y terror y solo porque la humanidad aún no se atreve a desarrollar la verdadera capacidad de amar y entender.

Nunca le pidas al fuego que moje ni al agua que arda.

Vive y deja vivir
Muere y deja morir



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

jueves, 15 de octubre de 2015

LA LEYENDA DEL VIAJERO ANÓNIMO

Cuenta la leyenda que un viajero anónimo salió de su casa sin rumbo fijo a descubrir el mundo. Cruzó países, desiertos y montañas, conoció personas y lugares increíbles, comió y probó todo aquello que el lugar le ofrecía y por supuesto se comunicó con toda persona con la que se cruzaba. Aprendió muchas cosas de todos los sitios por donde iba, incluso conoció idiomas muy curiosos y creencias extrañas. En su viaje encontró pueblos pequeños, ciudades, gente sencilla, sabios, paisajes extraordinarios, climas muy diferentes, gente nómada, personas de todas las razas, lluvia, calor, viento y tantas y tantas cosas. El viaje le llevó 3 años y simplemente llevaba consigo en su mochila algo de ropa, un poco de comida que iba consiguiendo, un sencillo amuleto de la suerte, su documentación y alguna que otra cosa que le servía de ayuda en algún apuro. Cuando por fin regresó a casa se encontró que su abuelo estaba muy enfermo y le quedaba muy poco tiempo de vida. El abuelo le pidió al nieto que le contara su viaje, le quedaba muy poco tiempo de vida quería saber qué cosas le habían sucedido. Tras una larga charla del chico contándole al abuelo de sus aventuras le preguntó:
-Y dime ¿Qué es lo que has aprendido de todo tu viaje?
A lo que el nieto le respondió:
-Muchas cosas, he aprendido a conocer a las personas, a respetar sus costumbres, a tolerar sus conductas, a adaptarme al medio, a ser parte integrante de todo, a valorar las pequeñas cosas y los momentos breves, a desvalorizar lo material, a disfrutar del silencio y del ruido, a entender los ciclos de la Naturaleza, a entender y a hacerme entender, a escuchar, a mirar el cielo, a comprender la oscuridad del Universo, a leer en las estrellas, a valorar una sonrisa, a....
Entonces el abuelo lo interrumpió:
-Vaya, si que has aprendido cosas. Hace rato que no te escuchaba porque me perdí en alguna cosa de esas que me decías. Tengo que felicitarte por todo lo que te has traído a casa, es muy importante. No obstante no creo haber escuchado que dijeras que has encontrado "el amor". Y no me refiero a una chica, no. Me refiero a tu amor interior. Y puede que lo hayas encontrado pero mientras invertías el tiempo en conocer lugares, personas y no sé cuántas cosas más te ha faltado conocerte a ti mismo. Todo eso que que has aprendido lo podrías haber obtenido sin salir de tu casa porque todo lo que está a fuera de ti está también a dentro. Todo lo que se cruza en nuestro camino es nuestro propio reflejo. Las personas, las situaciones, los lugares, todo es un reflejo. Pero ahora, el verdadero viaje lo empiezo yo. Aún así solo me queda decirte que ya has llegado mucho más lejos que la mayoría de las personas.


Hasta los viajes más cortos nos enseñan algo de nosotros mismos



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281