lunes, 19 de octubre de 2015

EL PARADIGMA MENTAL

A veces me pregunto a qué se debe el cómo pensamos. Muchas cuestiones de ponen de manifiesto cuando observamos a la sociedad en diferentes etapas de la historia. Cuál era el paradigma mental en el Egipto de los faraones, o en el Imperio Romano, o en la Edad Media, o en la Revolución Industrial, incluso hoy día. Pero la pregunta es ¿Por qué no entendemos hoy día la mentalidad de las sociedades en el pasado? La vemos, las estudiamos y las analizamos pero no nos podemos meter en la mente de aquellas personas y acabamos diciendo frases como -los antiguos egipcios creían que la diosa Isis...-, y no hay nada más lejano que eso ya que los antiguos egipcios no creían que la diosa Isis era o hacía las cosas que dicen que hacía, sino que lo afirmaban rotundamente ya que eso era así y no era una simple creencia, ya que "creencia" se refiere a dar un cierto crédito o valor a algo no comprobable. 

Pero si ahora nos trasladamos al periodo que va desde la Edad Media hasta la época de las colonizaciones vemos que cada dos por tres habían apariciones de vírgenes a pastores, a campesinos o a frailes. Pero ¿por qué hoy día nadie experimenta apariciones divinas? El paradigma mental no es el mismo. Hoy día la creencia divina en Occidente es muy floja a pesar de que siguen existiendo las creencias, pero no tienen la fuerza mental y emocional que había entonces. Hoy, el mundo tiene otras perspectivas: la economía mundial, la política, los desengaños sociales y su lucha, la corrupción, la información veloz, la globalización, el libre comercio, Internet, el trabajo desde casa y un largo etc. que esto jamás habría sido concebido ni entendido por ninguna sociedad en el pasado.

Después tenemos un ejemplo de paradigma mental en las sociedades precolombinas como la cultura maya, azteca, tolteca, inca, norteamericana y todas las culturas del nuevo continente. Dioses serpientes que descienden y ascienden en los equinoccios, calendarios que duran más de dos mil  y después todo se acaba ahí, juegos en los que los vencedores mueren honrosos ya que consideran la muerte como algo extraordinariamente grande y superior, montañas con forma de la silueta de algún dios, animales con connotaciones divinas y un largo etcétera. No es de extrañar que cuando los colonos cristianos conocieron a estas sociedades no supieran reaccionar de otro modo que no sea exterminándolos o con un gesto de majestuosa gracia convirtiéndolos al cristianismo, es decir obligándolos a aceptar el paradigma mental que éstos traían consigo.

Hoy yo me podría preguntar ¿Y por qué los colonos no dejaron tranquilos a los nativos con sus ideas, sus costumbres y su paradigma mental? Pues porque los colonos tenían una fuerte convicción de poseer la verdad absoluta, que esos nativos estaban en un camino equivocado, que la gran suerte para los nativos era que los colonos por fin habían aparecido por sus tierras y por lo tanto había que poner remedio rápido y efectivo para solucionar el tema de una mentalidad falsa, errónea, primitiva incluso engañada. Sí, ya sé que sueña un poco frívolo decirlo de esta manera pero siempre ha sido así. El paradigma mental de una sociedad en un tiempo siempre es diferente al de otra sociedad y en otro tiempo, pero lo peor no son las diferencias de mentalidad sino que el ser humano casi nunca ha tenido la capacidad de saber gestionar los paradigmas mentales de las otras culturas contemporáneas y, ni mucho menos, las del pasado.

La diferencia de paradigmas mentales casi siempre se ha resuelto con abusos, torturas, muerte y terror y solo porque la humanidad aún no se atreve a desarrollar la verdadera capacidad de amar y entender.

Nunca le pidas al fuego que moje ni al agua que arda.

Vive y deja vivir
Muere y deja morir



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

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