jueves, 11 de junio de 2015

SOY UN ACTOR DE LA VIDA

Nacemos y ahí empieza una larga carrera de obstáculos. Cada día de nuestra vida suceden muchas cosas que van haciendo de nosotros una persona. Y cada día que pasa interactuamos con personas que dicen que nos quieren (los otros), pero que hay aspectos nuestros que no les gustan y entonces lo cambian; porque pueden, porque tienen ese poder, porque dejamos que lo hagan. Y poco a poco nos vamos convirtiendo en lo que "los otros" desean de nosotros. Es todo muy lento y sutil. No nos damos ni cuenta. Estamos inmersos en quedar bien, hacer lo correcto, no enfadar a "los otros", no cuestionar, no provocar y vamos moldeando nuestra conducta a imagen y semejanza de "los otros". Adquirimos, conductas de "los otros", adquirimos miedos de "los otros", adquirimos dejes de "los otros", adquirimos incluso gustos de "los otros", maneras de hablar, de comunicarnos, de relacionarnos incluso pronunciamos las mismas frases que siempre han pronunciado "los otros". Entonces te das cuenta de que la vida es una inmensa obra de teatro. Cada persona interpreta un personaje que no es él o ella. Cada papel es representado con una intensidad muy profunda en la que el actor o actriz entra tanto en el personaje que se cree que es su personaje. Entonces me pregunto ¿quién soy yo? la respuesta es fácil pero desagradable. Soy siempre el resultado de mucha gente que interactúa conmigo en mi vida, soy un poco de mis padres, de mis amigos, de mis profesores, de mis compañeros y de mis ídolos. Pero ellos son el resultado de los suyos. Y éstos de los anteriores. Y así hasta Adán y Eva o hasta el Big Bang, lo que cada uno guste. En el fondo todos deseamos que esta obra de teatro acabe, baje el telón, me pueda quitar el vestido del personaje que interpreto y pueda volver a casa a reencontrarme conmigo mismo. Pero para mucha gente su obra de teatro no acaba nunca en esta vida y tendrán que esperar a que caiga la última hoja en el calendario ¿Te has preguntado alguna vez cuántas veces te has enfadado por algo de la misma manera que se enfadan otros? ¿Por qué defiendes lo que defiendes? ¿Por qué respondes a veces "es que yo soy así"? ¿Cómo eres tú? ¿Eres el vestido que llevas? ¿Eres el papel que representas? A veces las personas me preguntan con algo de recelo ¿Y si descubro que no me gusta mi verdadero yo? Esta es una pregunta de justicia pero yo no puedo responder a eso. El verdadero yo está ahí esperándote, como los mil años que esperó el genio para ser liberado de la lámpara. Desandar ahora lo andado en el pasado es una gran conquista que vale la pena arriesgar. Volver a la pureza del ser del primer día en que nací debería ser la gran carrera de mi vida.


En esta vida el alma tiene como misión
conquistar al ser.


Ilde García
Psicoterapeuta
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