lunes, 16 de marzo de 2015

DIOSES Y DEMONIOS: ¿DENTRO O FUERA DE NOSOTROS?

Desde el principio de los tiempos el hombre ha proyectado sus creencias en seres sobrenaturales y estos seres han sido venerados o temidos: dioses, ángeles, demonios y un largo etcétera. Hay muchas preguntas que nos hacemos:
-¿Dónde acaba la evidencia y empieza la creencia?
-¿Dónde se alojan estos seres?
-¿Dónde viven?
-¿Están dentro de nosotros o fuera?
No voy a hacer un monólogo sobre teología básicamente porque no soy teólogo, pero sí que me gustaría darle un enfoque diferente. El hombre siempre ha temido a lo desconocido, eso es evidente. Sin embargo, desde aquellos Neanderthales hasta el día de hoy, parece que seguimos sin tener nada claro sobre los dioses y los demonios. Hay personas que dicen que ven a Dios, otros que se les aparece la Virgen, otros que están poseídos por el diablo y tantas reacciones relacionadas con toda la mundología mitológica de la creación. Dios vive en los cielos, el Diablo vive en los infiernos, Zeus vive en el Olimpo, Odín en Asghard.
Pero ahora, quizás deberíamos de plantearnos si estos seres, estos dioses, demonios y ángeles, son realmente seres ajenos a la humanidad que nos ayudan o nos complican la vida, o bien son aspectos propios de la persona, incluidos en la mundología individual del inconsciente personal y/o colectivo.
En psicología y en filosofía se habla muy a menudo de que tenemos un maestro interior. Se trata de un aspecto que tiene acceso al conocimiento y a la sabiduría, es decir, a informaciones que de manera consciente sería difícil acceder a ella. También se dice que tenemos a nuestro peor enemigo. Se trata de un aspecto que nos hace tropezar, equivocarnos, tomar la opción desacertada o elegir el camino equivocado. Por otra parte, cabe comentar que la psique humana es bastante compleja, por lo que la cantidad de aspectos, caracteres, yoes y egos, arquetipos y herencias adquiridas configuran una complicada interrelación entre todos estos aspectos psicológicos. A pesar de no haber dos personas exactamente iguales en el mundo todos estamos relacionados por aspectos comunes. Todos estos aspectos pueden suponer desde la clave del éxito hasta mi peor pesadilla. Cuando algo me gusta y lo disfruto, como conseguir un buen trabajo o un logro importante doy gracias a Dios, mientras que si tengo un mal día en que todo me sale mal digo que me han echado un mal de ojo o que llevo al diablo dentro. Pero siempre agradezco o echo la culpa a algo externo a mi. Quizás deberíamos pensar que, tanto en los logros como en las desgracias que suceden en nuestra vida, algo tenemos de responsabilidad.
Mientras le demos la responsabilidad a Dios de las cosas seguiremos siendo "hijos de Dios".
Cuando nos responsabilicemos de nuestros actos nos convertiremos en "adultos de Dios".




Ilde García
Psicoterapeuta
Colaborador Instituto AMI, Centre Positiva-Ment i Centre La Font de cardedeu
M. 628 704 281
ildegarciachica@gmail.com
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Mi blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es/