jueves, 19 de noviembre de 2015

OBSESIONES

La obsesión, según la definición que nos da el diccionario de la R.A.E., es una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia, asalta la mente.

Independientemente de su significado, las obsesiones no dejan de ser una conducta instintiva en la que una idea se acomoda en el sujeto haciéndose permanente y éste no tiene la capacidad para frenar dicha permanencia (de la idea) hasta que la concluye. Cuando la persona concluye la idea pueden pasar dos cosas: que se produzca una satisfacción pero solo hasta que se vuelve a instalar la siguiente idea, momento en que vuelve a empezar el proceso; o simplemente que no le suponga ninguna satisfacción a la persona.

Cuando hablamos de obsesiones nuestro pensamiento nos lleva a aquellos asesinos de las películas que no paran hasta matar a su presa; o también de enfermos mentales enamorados de una cantante o actriz a la que asedian y, que la policía descubre en su apartamento, que éste tenía mil fotos de la chica en sus paredes. La obsesión, como ya he comentado, es una conducta más o menos enfermiza, dependiendo del caso, que nos afecta a todos en mayor o menor grado, pero eso no implica que alguien tenga que llegar a acciones delictivas.

Las personas nos podemos obsesionar con muchas cosas: por el amor a otra persona, por la limpieza, por el orden, por el trabajo, por una antigua pareja, por temas de actualidad, por el sexo, por el dinero, por los bichos, por la comida, por los números y por un sinfín de cosas que muchas de ellas nos parecerían increíbles. Trabajé hace tiempo con una persona que estaba obsesionada con la limpieza. Esta persona gastaba mucho dinero en diferentes productos, incluso tenía algunos que no sabía como usarlos. Tenía una despensa entera llena de productos de limpieza. Otro caso es el de una persona que conocí, que tres años después de su separación no dejaba de mencionar a su pareja constantemente, la tenía en su pensamiento y nunca perdió la esperanza de que algún día volviera. Miraba sus fotos, hablaba repetitivamente de anécdotas y de recuerdos del pasado, incluso tenía una foto suya en la pantalla de inicio de su móvil. Otras veces vemos casos de un padre que en el pasado abandonó a la familia y el hijo vivió toda su vida con la obsesiva esperanza de volver a verlo.

¿Qué es lo que hace que una persona se vuelva obsesiva? Los motivos pueden ser muchos. En numerosos casos nos encontramos que la obsesión es un patrón de conducta heredado; en otros casos vemos que cuando se produce un xoc emocional, sobre todo en los niños, no hay una reacción rápida por parte de los padres para llevarlo a un profesional y poder tratarlo a tiempo; también nos encontramos con que se producen estados de manifestaciones emocionales y sentimentales, que da como consecuencia una insatisfacción o frustración y son emociones de las que no estamos dispuestos a renunciar. En las obsesiones se observa que la mente de la persona produce una idea u objetivo que entra en bucle. Este bucle es lo que hace que la conducta obsesiva sea tenaz y enfermiza ya que la persona no encuentra salida o no puede romper dicho bucle.


Ser consecuente significa
perseguir aquello que considero que me merezco,
pero también renunciar a lo que, por su naturaleza,
no puedo o no debo alcanzar.

IGC



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281

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