lunes, 21 de diciembre de 2015

JUSTICIA O INJUSTICIA

A veces la vida es incomprensible. Hay muchos episodios que hace que la vida sea muy difícil de comprender y de aceptar, sobre todo lo que va contra natura: no se comprende la muerte de un niño pero sí la de un anciano. Lo segundo es ley de vida mientras que lo primero va contra natura. Sin embargo la vida nos pone en escenarios muy diversos y contradictorios y la consecuencia es echarle la culpa a Dios o a la vida misma. Todo parece volverse en nuestra contra y se adivina una conspiración del Universo o un mal de ojo. Respuestas pueden haber muchas, pero a pesar de que es muy difícil aceptar cosas muy graves, como el fallecimiento de una persona joven, la única salida a la espiral de negatividad es la aceptación de las situaciones. Pero para que haya una aceptación tiene que haber una comprensión y si me niego a comprender por qué ha sucedido tal hecho, que considero traumático, difícilmente lo podré aceptar. Los riesgos que conlleva la NO aceptación son muchos, pero el más grave es que la persona entra en una espiral profunda de introspección depresiva de la que luego resulta difícil salir.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez? Si Dios es tan bueno, bondadoso y todopoderoso ¿Por qué permite que haya guerras, hambre y sufrimiento en el mundo? A veces no estaría mal que Dios diera un "Golpe de Estado" en la Tierra y acabara con el sistema de tiranía global pero mucho me temo que esto no funciona así. Hace unos días pasé cerca de un colegio de Educación Infantil (los más pequeñitos) y un niño llevaba en sus manos una espada de plástico. El niño le dio un golpe en la cabeza a otro niño con la espada de juguete y, mientras el niño agresor se reía con esa inocencia picarona, el niño agredido se puso a llorar desconsoladamente. Una docente se acercó al niño agredido y se lo llevó para consolarlo, mientras que el niño agresor fue conducido con cariño y amabilidad por otro docente a otro lugar del patio. El niño agredido lloraba como si no hubiera un mañana. Su emocionalidad brotaba por todo su cuerpo. Lloraba como si su mundo se estuviera desmoronando. Y los docentes no pararon esa agresión, dejaron que la vida continuase no hubo castigo para el agresor ¿En qué cabeza cabe castigar a un niño de 4 años que le da un golpe a otro con una espada de plástico? A veces pienso que Dios es como la directora de una escuela de Infantil, que tiene a sus ángeles que son los docentes, para cuidar y consolar a la humanidad que son los niños de la escuela, pero no para evitar las agresiones.

A veces los problemas son tan grandes como los queramos ver. No voy a juzgar si el fallecimiento de un ser querido (sobre todo joven), si la separación y ruptura del amor de una pareja, si el despido de un trabajo cuando tienes 55 años o cosas así tienen un peso emocional alto o muy alto; pero cuando un niño llora tan desconsoladamente y decimos "son cosas de niños", estaría bien pensar que sus sentimientos están al mismo nivel de dolor emocional que cuando un adulto pasa por un hecho traumático.



Si crees que tus problemas son grandes
Sube a lo alto de aquella montaña
Y desde allí los verás de su verdadero tamaño

Dicho cheroki


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281
e-mail: ildegarciachica@gmail.com
web: http://www.ildegaryang.wix.co,/psico-transpersonal
Blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es



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