lunes, 18 de enero de 2016

LA SABIDURÍA DEL LOBO

Una antigua leyenda india de los nativos de Alaska dice que cuando el sol despertó a la vida los lobos vivían en unidad, amorosa y armónicamente en paz. Pasó el tiempo y los hombres llegaron a estos parajes. Los lobos los miraban desde la distancia recelosos de esas cosas tan raras que hacían. De entre las cosas tan extrañas que éstos hacían destacaba la de tirar los restos de comida y los lobos, desconfiando del hombre, nunca se acercaron a comerse lo que ellos desechaban. Los lobos veían que otros animales venían a comer los restos que los hombre tiraban, pero ellos se mantuvieron con sus ancestrales costumbres de buscarse la comida como siempre. Pasó el tiempo y unos cuantos lobos decidieron acercarse a comer de los restos que dejaban los hombres, pero cuando los demás lobos del grupo lo descubrieron éstos fueron expulsados de la manada. Los más conservadores se sintieron traicionados y desde ese momento consideraron que aquellos que se acercaron a los hombres dejaron de llamarse "lobos" y pasaron a llamarse "perros". Pasó el tiempo y a estos perros les fue cambiando el aspecto, tanto que muchos ya no se parecían a aquellos ancestrales lobos. Los perros se acostumbraron a convivir con el hombre y acomodaron su vida: comían sin cazar, dormían sin alertarse, incluso descansaban casi todo el día. Los lobos se reunieron en su lugar sagrado del bosque y propusieron que los perros, como ya no eran lobos, no fueran considerados de la misma especie, por lo tanto podían cazarlos y matarlos. Los perros llegaron entonces a un acuerdo con los hombres: a cambio de su protección los servirían en sus tareas. Y así fue desde entonces: los indomables lobos llevan consigo el espíritu vengativo que se siente traicionado por aquellos antepasados. Hoy siguen vagando en manada cuando cazan y solitarios cuando se buscan a sí mismos, para no caer en el error de dejarse corromper por el hombre a cambio de comida y bienestar.

La constante búsqueda del lobo en solitario se refleja en esas personas que tienen pocos amigos pero buenos. Las heridas del alma caracterizan a estas personas ya que son heridas como las que sufrieron aquellos lobos de la leyenda: suelen llevar un niño herido, a veces maltratado, a veces humillado y otras vejado. Suelen desconfiar del grueso de la población y en algunos casos podrían llegar a sufrir fobia social. Cuando encuentran un pequeño grupo de personas de confianza hacen lo posible para convertirlos en su otra familia y suelen desconfiar incluso "odiar" a los que se dejan corromper, deslumbrar por otros o seguirlos.



El lobo tiene dos grandes cualidades
La solidaridad y la sabiduría interior
que lo hace independiente

Dicho Indio de Alaska



Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281
e-mail: ildegarciachica@gmail.com
web: http://www.ildegaryang.wix.com/psico-transpersonal

Blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es

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