lunes, 31 de octubre de 2016

MOVERSE PARA SANARSE

 Tras muchos años siendo un mero practicante de disciplinas orientales tales como el Qigong y el Taichí he observado, tanto en mí como en muchas personas con las que he trabajado en mis clases, los extraordinarios beneficios en la salud de las personas. Me dejó muy sorprendido de como unos sencillos movimientos pueden llegar a restablecer la salud a todos los niveles. Aunque parezca difícil de creer nuestro cuerpo es una impresionante "farmacia" en la que se encuentran todos los remedios para recuperar la salud, tanto física, como emocional, como mental, incluso espiritual.

He visto octogenarios que al principio no aguantaban más de 10 minutos de pie y todo el día encerrados en casa, aguantar toda una clase de una hora y media, paseando y disfrutando con amigos y familiares pasados unos meses de práctica. He visto personas que no podían levantar los brazos más allá de sus hombros, levantándolos por encima de sus cabezas sin esfuerzo ni dolor. He visto gente que no aguantaba más de 3 segundos en equilibrio sobre un pie, aguantando más de 2 minutos. He visto gente deprimida y con pocas ganas de vivir, saliendo y disfrutando de la vida. He visto personas estresadas y desquiciadas de los nervios, llevando su vida con una paz y una alegría desbordante. He visto personas con problemas digestivos crónicos superando su dolencia. Y podría seguir dando ejemplos pero necesitaría mucha longitud en este escrito.

¿Cómo es posible convertir un movimiento en salud? Es más sencillo de lo que parece, no hay que hacer grandes cosas, tan solo un pequeño compromiso contigo mismo. Cada movimiento actúa sobre el cuerpo de forma diferente: las piernas actúan sobre la direccionalidad de la vida, los brazos actúan sobre la gestión, las habilidades y el trabajo de la persona, la cabeza actúa sobre el discernimiento y el tronco actúa sobre el equilibrio de la persona. Esta es la base del cuerpo respecto a las diversas áreas de la persona. Cada elemento del cuerpo tiene diversas articulaciones, que son las zonas que permiten la movilidad y la flexibilidad del cuerpo. Las articulaciones son las zonas más importantes ya que son las que permiten el movimiento, pero a la vez son muy delicadas porque llevan el peso de las distintas partes del cuerpo.

Un buen trabajo combinando el movimiento físico con la respiración consciente puede convertir la enfermedad en salud, la apatía en vida, la tristeza en alegría o el estancamiento en apertura.

La práctica del Qigong (Chi-kung) y del Taichí son unas disciplinas extraordinarias que permiten a la persona encontrar su camino hacia la libertad plena. Libertad de vivir, de salir, de disfrutar, de positivizar, de tolerar y de tantas cosas buenas que he llegado a ver personas que me han dicho la frase del millón de euros -La vida me ha cambiado tanto que ahora soy realmente YO-.


Ilde García
Psicoterapeuta, profesor de Taichí y de Qigong
T. 628 704 281
e-mail: ildegarciachica@gmail.com
Blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es

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