lunes, 27 de junio de 2016

AMIGO IMAGINARIO

Muchos niños hablan solos. Sí, a veces están jugando solos en su cuarto y están hablando aparentemente con alguien, pero no hay nadie a su lado, solo sus juguetes. Llevan una conversación aparentemente normal, lógica, en el que se da una aparente interactuación con alguien real. Pero el adulto no ve a nadie, no vislumbra al interlocutor del niño. Las conversaciones entre el niño y el "otro" se llevan con toda normalidad y se alargan en el tiempo, incluso hacen partícipes a los padres del niño con el que hablan. Es un amigo. Lo que los psicólogos han denominado "el amigo imaginario".

Un buen día, el niño empieza a entablar conversaciones amistosas con alguien que hay a su lado, aunque también lo pueden hacer a través de un peluche. Podríamos decir que el niño que le habla a un peluche puede estar proyectando sobre éste la capacidad de comunicarle a alguien sus ideas, sentimientos, proyectos, juegos o cualquier otra necesidad natural. Ésto no es nada extraño ya que en terapia se suele usar esta misma técnica o alguna parecida. Pero cuando el niño le habla a alguien que no existe podemos pensar varias cosas. Lo primero es que el niño puede estar proyectando, a través de su imaginación, un deseo de cubrir una necesidad de atención. Suele ocurrir entre los hijos únicos y los primogénitos. Tras el síndrome del príncipe destronado el niño se ve solo y apartado, entonces ahí puede aparecer la necesidad de alguien con quien hablar y que le comprenda. Pueden tratarse de conversaciones internas entre distintos "yoes" que surgen de la mente del niño. La necesidad de atención puede llevarle a crear unos estímulos psicoemocionales que podrían llevar a la creación de la imagen de otro niño proyectado a su lado. Pero todo esto es hipotético y no podemos tomarnos al pie de la letra estas explicaciones psicológicas.

Hablando con un entendido en materia esotérica me comentaba que el amigo imaginario podría tratarse de niños fallecidos que buscan consuelo y comunicación en niños vivos. Me decía que los niños tienen la capacidad innata de ver cosas que los adultos no vemos, por este motivo podría ser una conexión con el más allá. Los niños hay veces que no distinguen, en este caso, la realidad de la imaginación y eso explicaría el por qué sus amigos imaginarios son tan reales para ellos.

Yo, como psicoterapeuta, no soy quien para cuestionar ninguna hipótesis: ni la psicológica ni la parapsicológica. Lo único que he podido comprender es que cuando el niño recibe una atención adecuada (ni marginal ni desmesurada), el niño deja progresivamente de ver a su amigo imaginario. Con lo que a mi me da igual que se trate de una proyección como de un fantasma.


Las relaciones sanas nos llevan a la edad adulta con equilibrio.
Los niños de hoy son los adultos del mañana.
Los traumas de los niños de hoy
son las enfermedades de los adultos del mañana.
IGC 


Ilde García
Psicoterapeuta y profesor de taichí
T. 628 704 281
e-mail: ildegarciachica@gmail.com
Blog: http://lamiradadelalechuza.blogspot.com.es

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