martes, 22 de abril de 2014

RECUERDOS

Dicen que el ser humano no es perfecto, a pesar de ostentar el galardón de ser lo más evolucionado de la Tierra (según otro ser humano, claro). Sin embargo poseemos una cualidad que no se sabe si es una bendición o una maldición: RECORDAR.

Los recuerdos son aquellas experiencias del pasado en forma de imágenes, que se nos activan cuando conectamos con un sentimiento concreto. Es decir, que una experiencia asociada a un sentimiento nos lleva a un recuerdo. En nuestra vida rutinaria aparecen recuerdos de todo tipo, incluso me atrevería a decir que es algo que no se puede clasificar de ninguna manera. Pero para que se active un recuerdo tiene que activarse primero la emoción; os pondré un ejemplo:

Imaginad un oficinista que está inmerso en su absorbente trabajo ¿Qué recuerdos pueden venirle a la memoria? seguramente ninguno ya que su sentido emocional está aletargado, debido a su alta actividad mental y concentración. Pero resulta que de repente escucha a una compañera que pasa por su lado, llevando consigo una documentación a otra mesa, tarareando una hermosa canción de los años 80. Éste la escucha y recuerda que con esa canción se enamoró de su primera novieta en el instituto. Por su memoria pasan en aquel momento, aquellas sensaciones emocionales de aquel momento, aquella vivencia y los sentimientos que surgieron de su alma. ¿Qué habría ocurrido si su compañera no hubiese pasado por su lado tarareando aquella canción? Que no habría rescatado aquel recuerdo. Lo habría hecho seguramente en otro momento pero no en ese.

Generalmente los recuerdos nos llevan mucho a la infancia y a la adolescencia, debido a que estas etapas de la vida son las que hemos vivido con más intensidad emocional: aquel juguete tan especial el día de Reyes, aquel primer amor a los 15 años, aquellas vivencias con los amigos y amigas del "insti", aquellos conciertos, el primer baño de la temporada de verano, son tantos. La memoria rescata del pasado aquellos momentos tan bonitos, intensos y emocionantes como los traumáticos, repulsivos e indeseables. Cada uno de esos momentos provocó en nosotros una reacción emocional de tal importancia, que ha permanecido en algún lugar de nuestro ser para siempre. Y sin saber cómo un buen día salen, se ponen de manifiesto. Esas reacciones emocionales forman parte de nuestro ser y también van forjando nuestra conducta día a día; van aportando su granito de arena en la construcción y desarrollo de nuestra persona ya que lo que somos hoy es el largo resultado de lo que vivimos ayer.

Recordad pues todas aquellas experiencias del pasado en las que vivisteis intensamente y experimentad toda aquella explosión de emociones y sentimientos. Sentíos vivos aunque tengáis 40, 50, 60, 70, 80, 90 ó 100 años. Los recuerdos y los sentimientos asociados a aquellos recuerdos jamás os los podrá arrebatar nadie. Ni siquiera vosotros mismos. Ya que si una vez los vivisteis los podéis volver a vivir cuando lo deseéis.
 
Felices recuerdos a todos y todas
 
Ilde García
Psicoterapeuta y Nutricionista
Colaborador Instituto AMI y Centre positiva-Ment
T. 628 704 281

1 comentario:

  1. El ser humano suele acordarse más de los malos momentos que de los buenos. Tendremos que acordarnos más de lo buenos para generar más de lo mismo. Gracias por recordarlo.

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